Si nos encontráramos en el Congo en esta época del año, un sombrero solar sería una herramienta de valor incalculable.
El 20 de marzo, coincidiendo con el equinoccio de primavera, al igual que ocurre durante el equinoccio de otoño, el Sol alcanza una posición casi perpendicular respecto a la superficie terrestre en la latitud ecuatorial, al mediodía solar.
Sus rayos inciden verticalmente, basta con dirigir la mirada justo sobre nuestras cabezas para localizarlo. Aquellos menos favorecidos en términos de cabellera deberían asegurarse de proteger adecuadamente esta zona con un buen protector solar.
Sólo una pocas latitudes y en determinadas épocas del año reciben una radiación solar tan directa.
Bajo estas condiciones, los paneles solares alcanzarían su máxima eficiencia con una inclinación de 0 grados, (suponiendo condiciones ideales de temperatura y cielo despejado)
Este fenómeno se debe a la declinación solar, un concepto clave de la astronomía solar que explica cómo la inclinación del eje terrestre, que no es perpendicular al plano que forman la Tierra con el Sol (plano de la Eclítica), afecta la incidencia del rayos del Sol sobre la superficie.
A medida que la Tierra gira alrededor del Sol en su órbita elíptica, esta inclinación genera que solo en ciertas latitudes y épocas del año los rayos solares incidan perpendicularmente sobre un plano tangencial a la superficie terrestre.
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